viernes, 22 de junio de 2012

El Gerente Controlador vs El Gerente Motivador

Hace algunos años mientras realizaba un entrenamiento de extensión profesional conocí a un controversial instructor de Ontología del Lenguaje, que planteaba que el trabajo podía ser clasificado de dos (02) maneras,  de tal forma que existe el trabajo manual y el trabajo conversacional. Es decir la primera clasificación hace alusión a un tipo de trabajo enfocado en la tarea y que es relativamente simple, mientras que la segunda clasificación hace referencia al trabajo intelectual que demanda el uso del lenguaje como herramienta de trabajo. Con el correr del tiempo esta clasificación la hice mía y la amplié reclasificando lo que aquel instructor había llamado trabajo conversacional como trabajo creativo, donde prevalecía el uso del lenguaje como herramienta clave para la coordinación de acciones, pero incorporando en esta clasificación el trabajo propio del pensamiento profesional, imaginación y creatividad.
 Tomando como referencia esta clasificación del trabajo, como Gerentes nos encontramos ante la situación de implementar en nuestras organizaciones sistemas de trabajo que permitan el logro de resultados, sin embargo en mi experiencia como consultor frecuentemente me encuentro con enfoques de supervisión que desde nuestra perspectiva en MVA Consultores “No promueve la consecución sostenida de resultados”.
Tenemos entonces, que si se quiere que las personas realicen tareas relativamente simples, mecánicas, rutinarias, basadas en las normas, o de naturaleza algorítmica: dándole vuelta al mismo tornillo por el mismo lado en la línea de ensamblaje, procesando papel en una oficina, llenando sobres, trabajo de rutina donde la mayoría de las organizaciones emplean, lo que yo llamo “motivadores condicionales”, porque se traducen en “si haces esto, obtienes aquello” y que ante trabajos mecánicos y rutinarios resultan sorprendentes, puesto que logran hacer que las personas se concentren, eliminen distracciones, y corran mirando hacia adelante. Sin embargo, desde principios de los años 1960 los estudiosos de las ciencias sociales han descubierto que esa clase de motivadores que yo llame “condicionales”, no funcionan muy bien con las tareas creativas, con las tareas conceptuales, con problemas donde la respuesta no es obvia. Simplemente no funcionan, debido a que en muchas ocasiones esos descubrimientos de la ciencia no han logrado abrirse camino en el mundo del trabajo, no han logrado abrirse su camino en el mundo de los negocios, de tal forma que vemos estos motivadores de zanahorias amarradas a una ramita, fracasar una y otra vez ante nuestros ojos. Ahora bien, desde mi perspectiva la solución no consiste en hacer reflexiones que nos conducen a conclusiones tan superficiales como: “Hombre esos motivadores de zanahorias amarradas a unas ramitas fallaron otra vez”, “Tal vez deberías tratar con otro tipo de acercamiento”; porque ese tipo de interpretaciones someras lleva a las empresas a creer que necesitamos muchas más zanahorias, ó que necesitamos ramitas más afiladas. A pesar de que lo que necesitamos realmente es identificar que es lo que no está funcionando antes de hacer algo diferente.
Con la finalidad de ilustrar de una manera bastante simple hacia donde quiero dirigir mi reflexión de hoy, decidí hablarles de un estudio con artistas que realizó Teresa Amabile en la Universidad de Harvard, donde tomó a 23 artistas entre pintores y escultores, a los que les pidió que seleccionaran de manera aleatoria diez (10) de sus obras realizadas por encargo y diez (10) de sus obras realizadas sin encargo, para obtener una muestra de 460 obras de arte conformada por 20 obras de cada artista. Posteriormente esas 460 obras de arte fueron presentadas ante un panel de expertos en arte, conservadores de museo, dueños de galerías, historiadores de artes y otros artistas a los que se les pidió “Evalúen estas obras de arte”  y cuyos resultados revelaron que  las obras realizadas por encargo fueron clasificadas significativamente menos creativas que las que no fueron realizadas por encargo, mientras que la clasificación técnica no fue distinta.
 Permítame reestructurar un poco más,  los resultados del estudio de Amabile: las obras hechas por encargo y las que no fueron hechas por encargo tenían la misma calidad técnica, después de todo se trataba de artistas profesionales que se ganan la vida a través del arte.  La calidad técnica era la misma, pero invariablemente fueron las obras que no se originaron por un encargo las que calificaron como las más creativas. Con estas conclusiones de los expertos que evaluaron las obras, ella regresa con los artistas les muestra los resultados y los entrevista, pero ellos básicamente hablaron de restricciones, esas fueron sus palabras “restricciones”.
Ahora, los invito a pensar un poco sobre estos resultados de la siguiente manera: digamos que Ud. es un pintor/a, y que yo deseo encargarle que me haga una pintura, de tal forma que yo quiero que me pinte un cuadro para mi casa. Yo tengo dos (02) formas de hacer esta solicitud, la primera de ellas es decirle “Ämigo/a, usted es un pintor asombroso y quiero pagarle $3.000 por una pintura para mi casa, haga algo sorprendente, me encanta su trabajo“ . La segunda forma en la que puedo hacerle esta petición pudiera ser: “Usted es un gran artista, me encanta su trabajo, quiero pagar $3.000 por una pintura, quiero que haga algo sorprendente, sin embargo, la pintura no puede ser muy grande, además tengo 2 hijas así que no puede ser algo muy violento o sexual, además tengo un sofá beige así que los colores deben armonizar con mi sofá y la necesito dentro de ocho (08) días. Lo que dijeron los artistas fue que están de acuerdo con algunas limitaciones, pero una vez que empezamos a colocar más y más restricciones, consideraban que ya la obra no les pertenecía, ya dejo de ser su obra para convertirse en la mía, va a hacer un buen trabajo porque le interesa lo que hace, pero no va hacer un gran trabajo porque no puede hacer un buen trabajo bajo ese nivel de limitaciones. Así que algunas limitaciones están bien, pero cuando son muchas, la obra deja de  pertenecerle, técnicamente cumplen, hacen algo perfectamente bueno, pero no hacen nada excepcional, nunca hacen algo de avanzada.
Ahora cual es el punto de todo esto?.  Piensen sobre su lugar de trabajo o cualquier otro lugar de trabajo en el mundo “todo lo que las personas hacen en el trabajo es por encargo, en los lugares de trabajo no existe el trabajo que no se hace por encargo”     
Si desean obtener asesorías en nuestras aéreas de competencia, pueden contactarnos a través de yvalero@mva-consultores.com ó 0212-429.2389  David Martínez

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