Ontología del Lenguaje: Los Actos Lingüísticos Básicos
Antecedentes.-
Nuestro sentido común
nos dice, que el lenguaje describe el estado de las cosas, la realidad, por lo
que su objetivo pareciera ser el de dar cuenta de lo existente.
Esta interpretación ha sido cuestionada desde la segunda
mitad de este siglo, con la aparición de la llamada filosofía del lenguaje, la
cual planteó que cuando hablamos, no sólo describimos, sino actuamos (el
lenguaje es acción).
Searle propuso una taxonomía de los actos del habla. Cuando
hablamos, ejecutamos un número específico y restringido de acciones, los cuales
llamaremos Actos Lingüísticos. Según
Searle, sin importar el idioma que hablemos, siempre ejecutaremos el mismo tipo
de acciones, es decir, hacemos afirmaciones, declaraciones, peticiones, etc.
Resumiendo, se ha ido sustituyendo progresivamente la
interpretación pasiva del lenguaje, que lo restringía a su carácter
descriptivo, por una interpretación generativa y activa.
Los
Actos Lingüísticos.-
Cuando establecemos un vínculo entre el mundo y la palabra,
cabe preguntar cual de los dos conduce la acción. A veces,. al hablar, la
palabra debe adecuarse al mundo (afirmaciones), y otras, el mundo se adecua a
la palabra (declaraciones).
Afirmaciones.- corresponden al acto lingüístico que llamamos
descripciones, es decir, son proposiciones de nuestras observaciones, haciendo
la salvedad de que nunca sabremos como son las cosas realmente, ya que estas
dependen de cómo las percibamos. Los seres humanos comparten percepciones
basados en dos aspectos: una estructura biológica común y la tradición de.
distinciones de su comunidad.
Una pregunta sobre una afirmación sólo tiene sentido para
las personas que comparten el mismo conjunto de distinciones. Las afirmaciones
se hacen dentro de un “espacio de
distinciones” ya establecido, sin embargo, aún compartiendo las mismas
distinciones, la única descripción que hacemos es la de nuestra observación, no
la descripción de la realidad.
Los seres humanos, basándose en esta capacidad común de
observación, pueden distinguir entre afirmaciones verdaderas y falsas, y esto
dentro de un determinado “espacio de
distinciones” (condiciones sociales e históricas determinadas).
Una afirmación verdadera es aquella para la cual podemos proporcionar
un testigo (un miembro de la comunidad con el cual compartamos distinciones).
Una afirmación falsa es aquella sujeta a confirmación, que cualquier testigo
pueda refutar. Si es refutado, continuará siendo una afirmación, pero falsa.
En la realidad no todas las afirmaciones pueden separarse en
verdaderas o falsas, por no existir las condiciones necesarias para su
corroboración, y por lo general , las afirmaciones sobre el futuro, o de un
pasado remoto, tienen la calidad de indecisas.
Declaraciones.- cuando hacemos declaraciones, no hablamos del mundo,
generamos un nuevo mundo para nosotros. La palabra genera una realidad
diferente. La acción de hacer una declaración genera una nueva realidad.
Las declaraciones nos acercan a lo que comúnmente asociamos
con el poder de los dioses. En nuestra tradición judeo-cristiana, se sostiene
que en el inicio sólo existía la palabra y que fue la palabra la que crea el
mundo (Génesis), a través de sucesivas declaraciones (Hágase la Luz).
Las declaraciones están relacionadas con el poder, y esta
capacidad puede venir de la fuerza o la autoridad otorgada por nosotros, o la
comunidad para hacer declaraciones válidas.
Las declaraciones no son verdaderas o falsas como las
afirmaciones, ellas son válidas ó inválidas según el poder de la persona que
las hace.
Una declaración implica una clase de compromiso diferente
al de las afirmaciones. Cuando declaramos algo nos comprometemos a comportarnos
consistentemente con la nueva realidad que hemos declarado.
Algunas declaraciones fundamentales en la vida.- existe un rango de declaraciones que
están asociadas, no al poder, sino a la propia dignidad de la persona. El
individuo, por el simple hecho de serlo, tiene autoridad para efectuar ciertas
declaraciones, entre las cuales están las siguientes:
Ø La declaración del “No”
Es la
declaración en la que en mayor grado compromete nuestra dignidad. Existen dos
instituciones sociales que descansan en el reconocimiento social del derecho de
los individuos a escoger, a decir que no: la democracia y el mercado.
Cada vez que
consideremos que debemos decir “no” y no lo hacemos, veremos nuestra dignidad
comprometida. Cada vez que digamos que “no” y ello no sea tomado en cuenta,
consideraremos que no fuimos respetados.
Es una
declaración que juega un papel definitivo en nuestras relaciones de pareja,
amistad, trabajo, hijos, etc. De acuerdo a como ejerzamos esta declaración,
definimos nuestra forma de ser en la vida, o también una forma de vida.
Ø La declaración de aceptación, el “Sí”
El “Sí” pareciera no ser tan poderoso como el “No”, ya que
mientras no decimos que “no”, se asume que opera el “sí”. Sin embargo el
compromiso que implica esta palabra, pone en juego el valor y el respeto de
nuestra palabra. Pocas cosas afectan más seriamente la identidad de una persona
que el decir “sí” y no actuar coherentemente con tal declaración. Un área en la
que esto es decisivo es el terreno de las promesas.
Ø La declaración de ignorancia
Pareciera
que decir “no sé” fuese una declaración sin mayor trascendencia. Uno de los
problemas del aprendizaje es que frecuentemente no sabemos que no sabemos, y
con ello cerramos la posibilidad del aprendizaje. Esta declaración es el primer
eslabón del proceso de aprendizaje.
Ø La declaración de gratitud
A menudo
vemos esta declaración como un hábito de buena enseñanza, no reconociendo lo
que contiene esta pequeña declaración. Podemos considerarla como una
oportunidad de celebración por todo lo que la vida nos ha dado y de
reconocimiento a los demás por sus acciones para con nosotros. En este contexto
no podemos dejar de reconocer el poder generativo de la acción que ejecutamos
al decir “gracias”.
Ø
La declaración del perdón
Aquí se
incluyen tres actos declarativos diferentes.
El primero. cuando no cumplimos con aquello a que nos hemos
comprometido, o cuando nuestras acciones hacen daño a otros, tenemos que asumir
la responsabilidad por ello, y la forma de hacerlo es diciendo “perdón”. Aunque
esta es una declaración, en español se hace en forma de petición, haciendo
depender la declaración “perdón” del lesionado al decir “te perdono”.
El haber
dicho “perdón”, aunque no fuéramos perdonados, tiene una gran importancia y el
mundo que construimos es distinto.
El segundo,
está relacionado con el hecho de perdonar, al sentirnos afectados por un acto o
promesa no cumplida, nos sentimos afectados y tratados injustamente, cayendo
asi en una posición de resentimiento con el otro. Esta posición crea una
dependencia con respecto a quien hacemos responsable del sentimiento, y socava
no sólo nuestra felicidad sino también nuestra libertad. Por lo tanto perdonar
es un acto declarativo de liberación personal.
Cuando
hablamos de perdonar surge el tema del olvido, aunque esto no lo podemos
resolver mediante una declaración.
El tercer
acto declarativo referente al perdón es perdonarse a sí mismos, asumiendo tanto
el papel de víctima como el de victimario y tiene el mismo efecto liberador del
anterior, convirtiéndose en una manifestación de amor a sí mismo y a la vida.
Ø
La declaración de amor
Esta declaración
establece un vínculo particular entre dos personas, un tipo de relación, forma
parte de la creación de un mundo compartido. Tanto el hablar, como el callar,
genera nuestro mundo, por lo que es importante para mantener nuestras
relaciones afectivas, realizar este tipo de declaraciones.
Sobre la relación entre las afirmaciones y las
declaraciones.- para realizar una afirmación, tuvo que existir
previamente una declaración del “espacio de distinciones”, el cual en rigor, es
un “espacio declarativo”. Según esto pareciera que las afirmaciones son menos
importantes que las declaraciones, sin embargo no podemos intervenir en un
mundo que no podemos reconocer y esto lo hacemos a través de las afirmaciones.
Para poder desarrollar en mayor profundidad el tema de la relevancia de
nuestras afirmaciones es preciso introducir las distinciones de inquietudes y
de juicios.
La distinción de “inquietudes”.- como inquietud
entendemos el reconocimiento de una situación primaria de insatisfacción,
desasosiego, desde la cual actuamos, o la incumbencia.
A los seres
humanos, la existencia nos desafía y debemos tomar posición con respecto a
ella, por lo que, mediante la acción, modificamos el curso espontáneo de los
acontecimientos, y más allá de atender nuestra alimentación, abrigo y otras
necesidades, es imperativo conferirle sentido a nuestra existencia. Cuando no
somos capaces de conferirle sentido a la vida, dado que somos seres actuantes,
tenemos la opción de terminar con ella. Todo lo anterior es posible dado que somos
seres lingüísticos.
La danza de las promesas: sobre peticiones y ofertas.-
las promesas también funcionan dentro de un espacio declarativo, son aquellos
actos lingüísticos que nos permiten coordinar acciones con otros. Cuando
alguien hace una promesa, se compromete a actuar en el futuro. En nuestras
sociedades, se espera que las personas cumplan sus promesas y se sanciona a
quien no lo hace.
El acto de
hacer una promesa comprende cuatro elementos fundamentales: un orador, un
oyente, una acción a llevarse a cabo, un factor tiempo.
La promesa
involucra dos procesos: el proceso de hacer la promesa (estrictamente
comunicativo) y el proceso de cumplirla (puede o no ser comunicativo y
representa el cierre de la misma con una declaración de aceptación de la
persona a la que le hicieron la promesa).
Para hacer
promesas se necesita del consentimiento mutuo entre las partes a través de dos
acciones: una petición u oferta más una declaración de aceptación, hecha por la
otra persona. Si la petición se rehusa, no
se ha hecho promesa, una petición supone una aceptación anticipada de la
promesa requerida.
Las
preguntas son un tipo de petición y las respuestas incluyen tanto la aceptación
de la petición como la satisfacción inmediata de las condiciones de satisfacción
requerida.
Las ofertas
son promesas condicionales que dependen de la declaración de aceptación del
oyente. Si la oferta es rehusada, no se ha concretado una promesa, y si es
aceptada, la promesa requiere cumplirse.
Los
problemas que se detectan se relacionan con los cuatro elementos fundamentales:
personas que no saben hacer peticiones u ofertas, o simplemente no piden;
personas que no realizan ofertas, quedan sujetos al accidente del
descubrimiento por otros; personas que creen no ser escuchadas al hacer
peticiones u ofertas expresadas con poca claridad; personas que no saben
aceptar ofertas o rehusar pedidos (cuantas veces decimos “sí” a un pedido que
consideramos no deberíamos haber aceptado? Cuál es el precio que pagamos en
identidad, autoestima y dignidad cuando no somos capaces de decir “No”? Qué
consecuencias trae en nuestras vidas?); lo que el orador entiende que se
prometió resulta ser diferente, con lo cual se verán frustradas las
expectativas al igual que el que realizó lo ofrecido, constate que lo prometido
no produce la satisfacción esperada; la insatisfacción ocurre también cuando no
se establece con claridad la fecha de cumplimiento.
Cuando
hacemos una promesa nos comprometemos con dos dominios: sinceridad
(conversación interna cuadra con la conversación pública) y competencia
(condiciones de ejecutar efectivamente la promesa). Cuando faltan cualquiera de
estos dos factores, la confianza se vé afectada.
Resumen del
Capitulo III Actos lingüísticos Básicos del Libro Ontología del Lenguaje de
Rafael Echeverria por Olga Sasyk y Julio Olivares A.
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