Toda empresa reconoce hoy en día la importancia y la necesidad de la transformación. Toda empresa sabe que si no se transforma compromete su supervivencia. La consigna pareciera ser “transformarse o morir”. Este desafío suele generar gran tensión, angustia e incertidumbre en todo el personal de la empresa. Sin embargo, es en sus niveles gerenciales donde se siente con mayor fuerza esta presión, pues se tiene conciencia de que lo que está funcionando en el presente no será suficiente en el futuro.
La tensión resulta, en gran parte, del hecho de que quienes dirigen la empresa suelen no tener claro el sentido de la transformación: cuál es el camino a tomar y adonde hay que llegar. Esto implica que muchas veces los directivos se ven comprometidos en proyectos de transformación sin una agenda clara, lo cual aumenta la incertidumbre. Internamente, sin embargo, esta misma incertidumbre debe ser ocultada pues se requiere dar la impresión de seguridad con respecto a los lineamientos de transformación entregados al resto de la empresa.
¿Cómo orienta el gerente sus acciones de transformación? En lo fundamental, siguiendo las modas, aplicando lo que está en uso, lo que están haciendo los demás y observando muy de cerca lo que hace la competencia. Esto ha dado lugar a una sucesión de transformaciones diversas. Se ha pasado de los programas de gestión de calidad total al benchmarking, a la reingeniería de procesos, a la gestión de conocimiento y se han efectuado importantes inversiones en sofisticados enfoques de manera infructuosa.
Cada una de estas intervenciones ha dejado atrás una secuela de frustraciones. Cada moda se presenta como el remedio frente a males que las anteriores fueron incapaces de resolver, para luego añadir una frustración adicional y desplazar la mirada hacia una alternativa diferente. El gerente comienza a sospechar que tal vez esos resultados tan pobres se deban al carácter de su empresa ó de su propia gestión. No siempre se percatan de que esta misma experiencia suele repetirse en todas partes, lo que genera una situación contradictoria: por un lado se encuentra, se encuentra el imperativo ineludible de la transformación; por otro lado, sus resultados insatisfactorios. ¿Qué hacer? Esto es precisamente de lo que en la Escuela de #Negocios de #MVA queremos preocuparnos, y en tal sentido hemos desarrollado un Conjunto de Excelentes Programas de Formación Gerencial, que orienta a los Gerentes (Consolidados ó en Proceso de Formación), a iniciar una reflexión que permite dilucidar las coordenadas básicas que orientan las necesidades de transformación, por lo que en esta ocasión les invito a postularse al Próximo #Diplomado Avanzado en Gerencia (DAG) a dictarse en modalidad Sabatina en la ciudad de Caracas en el mes de Octubre y a finales de año en la Ciudad de Panamá. Interesados contactarnos a yvalero@grupo-mva.com
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